“El espectáculo no es una
colección de imágenes,
sino una relación social entre
las personas,
mediatizada por las imágenes”
G. D.
Dirá alguien :
-“el motivo por el cual la niña de la imagen cubre su rostro, más allá de su poética interpretación, es sencillo: las acciones insurrectas son por definición clandestinas e ilegales, y el ocultamiento del rostro conforma una salvaguarda de su identidad, por lo tanto de su persona, ante posibles represalias de los agente represivos”.
Y es cierto. Pero por otro lado, o a su vez, aquello de que “ocultar su rostro contribuye a mostrar su corazón”, también lo es. El movimiento zapatista, por ejemplo, se ha hecho eco en muchas ocasiones de este mismo espíritu. Los pasamontañas, al encubrir las singularidades, generan una identidad común y colectiva, muestran “el corazón” de un grupo porque ocultan “los egos” individuales.
“Its not about the part of me that hides, Its
about the part of me that shows”, dice una mujer en la televisión canadiense. “
No es por lo que oculta de mí, sino por lo que muestra”, sería una traducción
posible para este contexto. La similitud entre ambas frases es llamativa. ¿Es acaso, esta mujer, una joven
insurrecionalista encapuchada para prender fuego las ciudades? No. Es un
personaje de una comedia musulmana que le explica a su pretendiente por qué usa
el velo.
Si bien su justificación en parte
es la misma que la de nuestra joven anarquista, la interpretación social del
fenómeno es muy diferente, casi opuesta.
De lo que no puedo saber, mejor
hablar. Tal vez el golpe de la mano contra la hoja, tal vez el choque del dedo
contra la tinta, tal vez la punta de una palabra penetrando el aire produzca algo
que pueda algún día llamarse “conocer”. Deriva inquieta del pensamiento: danza
del riesgo con la duda. No sigue a esta línea ninguna certeza, sino el deseo de
una incertidumbre compartida.
Y siempre se puede ir más allá.
Muchas mujeres musulmanas deciden cubrir sus rostros y no sólo sus cabellos. El
atuendo que utilizan, o mejor dicho, su utilización misma, ha sido prohibida en
muchos países europeos, que aseguran que ocultar el rostro es sinónimo de
sumisión. La lectura digerida de nuestra descripción de la imagen uno ve al pasamontañas como una desesperada forma de
libertad. Por un extraño azar, el rostro cubierto de una musulmana francesa se
resignifica como un signo terrible de esclavitud.
VI-
Una paradoja: los movimientos
feministas, los movimientos LGTTB han luchado por la “visibilización”. Hay
personas que reclaman, sin embargo, su derecho a ser invisibles.
¿Qué significa ser “invisible”?
¿Por qué razón le causa a la sociedad un miedo extraño que alguien oculte su
rostro?Una respuesta sobre qué es la invisibilidad podría comenzar tal vez mirando más de cerca lo visible.
Un filósofo muerto y querido escribió alguna vez que nuestra sociedad esconde su compulsión por mostrar tras la hipótesis del tabú, de que somos parte de una maquinaria represiva que no nos deja expresarnos. Tal vez, dijo, nuestra sociedad sea todo lo contrario. Tal vez vivamos en un vecindario en el que la ley sea exponernos, vivir desnudos ante el lente de la cámara, ante el ojo del falso censor.
Otro filósofo muerto también dijo que la regla de nuestro tiempo es el espectáculo. Vivimos el mundo a través de la mediatización de las imágenes. Lo que no aparece, no existe. Lo que no existe, no aparece.
Alguien podría aventurar una
hermandad secreta entre una anciana palestina y una muchacha zapatista, un
encuentro amoroso entre la burka y el pasamontañas. En esa historia, las
mujeres de la cabeza cubierta liberarían para sí un espacio propio, usurpado a
las dictaduras de la imagen. Por fuera de la legalidad de los desfiles de moda
y las propagandas de maquillaje, por fuera de la perversidad de la foto de
pasaporte, por fuera del concurso de baile que exige estar desnuda para existir,
por fuera de la banda de rock en la que las chicas solo pueden tocar si muestran
las piernas. Y, a su vez, más allá de la cursilería de la belleza interior, más
allá de los moralismo de la modestia, más allá de la pretensión de anonimato,
más allá de la protección, más allá de la fe.
Con todo lo a favor y con todo aquello en contra, en algún mundo
podría suceder que el imperativo de “aparecer” sea rechazado. Y que la rebelión
comience con una joven que cubriendo su rostro luche por la antigua y mágica
experiencia de ser.
Ay! Me gusto mucho, ALdi
ResponderEliminarGracias Agustina!!
EliminarHermoso!
ResponderEliminarMe encuentro en Malasia y despues de pasar 2 meses entre comunidades musulmanas como la indonesa, singapurense y la misma malaya (tan alejado a mi cotidiano argentino) me toca mas de cerca el team del hiyab.
Tengo que decir que antes de conocer musulmanes, pensaba que todas las mujeres usaban velo por obligacion, pero despues de hablar con varias veo que no es asi.
Extraigo lo siguiente de tu texto, que me parecio excelente como referencia para poner en duda a alguien que defina al uso del hiyab como simbolo de opresion: "Un filósofo muerto y querido escribió alguna vez que nuestra sociedad esconde su compulsión por mostrar tras la hipótesis del tabú, de que somos parte de una maquinaria represiva que no nos deja expresarnos. Tal vez, dijo, nuestra sociedad sea todo lo contrario. Tal vez vivamos en un vecindario en el que la ley sea exponernos, vivir desnudos ante el lente de la cámara, ante el ojo del falso censor.".
Saludos!
Muchísimas gracias Yem por tu comentario!Malasia e Indonesia son sin duda unos de los lugares a los que quiero ir. Es muy interesante lo que decías: si un sentido tienen los viajes es esa oportunidad que nos dan de combatir prejucios y deshacer nuevas ideas. Tengo un blog en el que escribo sobre mis viajes, te invito a darte una vueltita por ahí también si tenés ganas www.carvansaray.wordpress.com
EliminarGracias de nuevo por escribir!
Si son adoctrinadas desde cuna ellas no eligen. El islam les ha sido machacado desde su nacimiento. En serio dejar de decir idioteces. Crialas sin velo y que luego elijan. Se les impone desde el mismo momento que son alineadas desde su nacimiento
ResponderEliminarHola! me encanto el articulo te cuento que estoy haciendo mi tesis de maestria sobre feminismo islamico quiero contar esta versión de las mujeres musulmanas que no se sienten oprimidas sino que eligen. Me gustaria charlar y entrevistarte se nota que reflexionaste un monton del tema. Te dejo mi mail para que me contactes: sofi_sutton@hotmail.com o sofiasutton01@gmail.com
ResponderEliminarOjala me contactes me encanto tu texto!
Exelente tus reflexiones. Hay que estar atento a lo que nos imponen enarbolando las banderas de libertad e igualdad y terminan siendo de opresión y despersonalización la cultura occidental se ha cargado de antiteismo e intolerancia a todo el que no apoya al consumismo de la moda en todas sus versiones sexo costumbres perversidades
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