miércoles, 15 de enero de 2014

Veoveo* Una canción


“A punk song will never change the world
but I can tell you about a couple that changed me”
Wingnut Dishwashers Union

Una canción. Una canción que escribí y canté el año pasado. Y esta. Su glosa.
Ya no quedan amigos para prender el mundo fuego. Las personas, como las plantas, nos polinizamos. Necesitamos sol, agua, aire y a veces no nos gustan los trasplantes.  Pero nos conectamos, unos con otros, por medio de cosas aladas que nos traen mensajes que nos fecundan.  Cuando crecemos perdemos la confianza en la amistad y nos vamos cerrando a las mismas ideas, a los mismos rostros y tonos. Los pensamientos nos vienen desde los libros, no desde voces reales, de intercambios genuinos. Y quizás por eso no prenden. Poco a poco, nos vamos marchitando. Como en el mundo de los antiguos griegos, pensar es una acción que sucede en el diálogo, en presencia de otro, cuando en nuestra tierra la semilla del pensar ajeno se inquieta, se retuerce, se agita, brota. Sorprenderse de alguien, buscar su compañía, tener tiempo de escuchar sin la necesidad de llegar a ningún lado, eso va desapareciendo. La gente crece para volverse árbol, para hacerse sola, para crecer en raíces y crear genealogías. Y el amor gratuito y libre de la amistad con su arte pasa a segundo plano, se convierte en una red de contactos.