Removiendo
la tierra con la pala
llegamos a
un reino subterráneo.
Bichos con
ojos sin párpados
¿con ellos
verán los terrones, los grumos?
bichos con
alas
¿se puede
volar bajo la tierra?
bichos de
colores brillantes
digo bichos
porque no sé decir
los nombres
misteriosos,
precisos
o porque
intuyo que tal vez
no los haya
o porque no
quiero
que existan
los nombres
y me brilla
la panza
si imagino
que somos
los primeros en descubrirlos.
Parece que
con cada golpe que damos en la tierra
interrumpimos
una escena incomprensible
y que nunca
sabremos con certeza
cómo sería
la vida de los bichos
la vida de
la tierra
sin
nosotros como espectadores.
Un día ese
reino subterráneo será nuestro:
bichos,
nichos,
nido de la
piel suave,
nido de los
ojos de plata,
contra la
tierra húmeda
fértil de
un fruto que somos nosotros.
Un día o
una noche,
en un
declive del tiempo
-estrellas
rodando
como círculos
de pasto seco-
estaremos
ahí abajo,
presionados
suavemente por el humus,
recorridos
y sondeados por insectos
que serán
nuestros hermanos en silencio
mientras
que afuera, tal vez,
el sol
relampaguee
y una chica
que juega a ser
campesina
excave el
futuro con una pala
y
encuentre,
como
nosotros hoy,
una víbora
plateada
del tamaño
de su dedo.
Mundos mágicos, transformaciones de la materia,hermosa manera del describirlo!!!! :)
ResponderEliminar¡gracias! ¡hermoso comentario también!
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